PASEOS (X) ROMA (II PARTE)

Mi segunda visita a Roma ha sido algo especial. Sin casi planificarlo, ha resultado ser unas jornadas de hermanamiento Morente-Bujalance. ¡Y que mejor sitio que Roma!. Pues si, resulta que mi gran amigo Manu con sus inseparables compañeros Pedro y Rafa, esta vez con el contrapunto femenino de Juana, coincidieron con los hermanos López y nuestro Pacho. La verdad, estos son los momentos que uno disfruta como un niño chico, quedando las anécdotas vividas como recuerdos inolvidables para esas tertulias campiñesas, en la Tercia o en el Aguaero, donde las lecciones de arte de Manu, los arcos de Tito, Constantino, o en que año se comenzó a levantar el Colosseo, acompañadas del recuerdo de la mojá que nos calló en medio de los foros imperiales, o el calor que caía la primera noche (dos noches así y me tiro al río), seguro que traerán más de una risa la próxima vez que estemos juntos.

Como no podía ser de otra manera, la noche del sábado hicimos una escapada por la Roma nocturna. El resultado, el esperado. Manu y Juana tomando café en Piazza Navona hablando romanesco; Pacho y Rafa, más perdíos que un cabra en un garaje, volviendo a cocheras en taxi (no estaban a más de 10 minutos a pie del apartamento), Yo, como un señor, midiendo las calles del centro histórico, acompañado de Pedro y Rafa que, espero, estuviesen a mi altura (cosa que no puedo contrastar).

Gracias de nuevo, amigos, por la hospitalidad y por un fin de semana de la tierra en Roma. Inolvidable.

Hace unos días tuve el gustó de ir a una exposición de fotografía en el Palazzo Reale sobre los trabajos del fotògrafo Marc Riboud. Me quedé absolutamente alucinado con algunas de las fotografías expuestas. Primeros planos de personas, miradas que hablan por sí solas, miseria, alegría, ira, , a través del objetivo de la cámara fotográfica, intentando rescatar los sentimientos humanos, a las personas, a la masas, muchos de ellos en momentos históricos fundamentales. Es uno de los ejemplos más interesantes que se pueden ver de fotografía social.

Durante mucho tiempo he tenido una doble tensión: el miedo a acercarme demasiado, de llegar a violentar la intimidad y, al mismo tiempo, un fuerte deseo de mirar desde más cerca para fotografiar aquello que no era capaz de observar Marc Ribaud

INVICTA VS EASTPAK

Una de las señas de identidad de los italianos en general, más allá de las de la ropa o las gafas de sol, de las cuales también escribiré en su debido momento, es, sin duda, la mochila. Durante mi primera estancia en este país me llamó poderosamente la atención la predilección de los jóvenes italianos por las mochilas de la marca "invicta",que en España ni fu ni fa. Estando de nuevo en España, recuerdo que cada vez que veía a alguién que llevaba un bolso de este tipo rápidamente lo identificaba como italiano, cosa que era cierta en un elevado porcentaje. Pues han cambiado las tornas y ahora para ser más italiano que nadie, para ir a la moda y no desentonar, la marca puntera se llama "EASTPAK". Esta marca es sinónimo de atraco a mano armada. Por ella te pegan una clavada fuera de lo normal, eso si, vas a la moda italiana. Los que aún llevan su anticuada mochila "invicta" pasean por la ciudad como desfasados, fuera de sitio, anticuados. Pero eso si, como esta marca pertenece a los 90 mejor será que todos aquellos que la tengan la guarden a buen recaudo, porque tras el "revival" que vivimos de la década de los 80, cosa que a mí particularmente me desagrada, dado que, en realidad, es mi primer reencuentro con las modas, o lo que es lo mismo, la primera moda que veo en dos momentos diferentes de mi vida. Los años 90 volverán a lucir en todo su esplendor dentro de pocos años, y éste será el momento de desempolvar la mochila y volver a sentir que vuelves a estar del lado de la moda. Yo, de momento, me quedo con mi mochila de toda la vida, que es la única que me ha entendido en todos estos últimos, bastantes, años de juventud.