martes, noviembre 28, 2006

INVITO AL TEATRO
No todo iban a ser cosas malas en esta ciudad, ni mucho menos, más bien al contrario. Una de las sorpresas más gratas de estas últimas semanas fue tener conocimiento, gracias a Olguita, de la existencia del "invito al Teatro", un abono para ver 16 espectáculos teatrales en 16 escenarios diferentes de la ciudad por tan solo 68 euros. De esta forma, tengo la posibilidad de disfrutar de un buen número de espectáculos de todos los estilos, a la vez que conocer la realidad de las infraestructuras culturales de la ciudad, muchas más de las que yo imaginaba y, por lo que aquí se comenta, parece que de nuevo están renaciendo propuestas interesantes después de largo periodo de sequía creativa en el mundo teatral.
De momento, ya he visto dos espectáculos del abono y la cosa parece más que interesante. Este tipo de propuestas son las que de verdad ayudan a que la gente se aficione a los espectáculos culturales. ¡Qué cunda el ejemplo!

miércoles, noviembre 22, 2006

MA CHE SFIGA!!!
Esta expresión es la que se utiliza en italiano para decir: ¡qué mala suerte!. En efecto, en estos días el cenizo, el bajío más absoluto, se me ha posado en lo alto y no se cómo coño me lo voy a quitar de enmedio. Pero la mala suerte se ha concentrado toda ella en un aspecto concreto de mi vida cotidiana: los medios de transporte propios. No se como explicármelo, pero en una semana se me jodieron una rueda del coche, la rueda de mi bici y, para colmo, la rueda de la bici de Danio que me la prestó para poder ir al teatro. Vamos, que me voy a comprar un coche como el de los Picapiedra porque todo lo que huela a neumático por mi lado se destroza. Ahora toca la operación "buscar talleres". Para empezar, el coche ya está arreglado y creo queel tipo se quedó conmigo (cosa que no sería extraña por otro lado). Lo de la bici, eso es otra historia. Esta bici que me pillé conoce todos los talleres del barrio, así que ya he gastado en ella más de lo que me costó (y sigue jodida, que desastre). Espero que cambien las tornas y deje de pensar en las ruedas, porque a este ritmo me compro todo el kit de recambios y me monto yo el taller en el patio de la casa. Esto de ser respetuoso con el medio ambiente tiene su precio...

domingo, noviembre 19, 2006

DESPERTAR
Cada mañana la primera imagen que retienen mis ojos apenas abiertos es la luz que, más o menos intensa, más o menos nítida, la ventana, mi ventana, me deja entrever. Al contrario de lo que pensaba, el azul me ha acompañado en muchos de mis despertares en esta ciudad, pero el gris está pidiendo a gritos su espacio, su lugar. La niebla, la famosa nebbia milanese amenaza día y noche la ciudad. La melancolía se esconde tras las esquinas. Todo se pierde entre una densa capa de "humo". Todo deja de ser perceptible. Te sientes perdido, desamparado, estéril. Aún así, mantengo un coqueteo diario con la niebla que me seduce, me cautiva. La luz ya no es la luz. Mi paisaje urbano se ha quedado oculto, escondido. Mañana volveré a mirar por la ventana, mi ventana.

domingo, noviembre 12, 2006

BODEGÓN
A pesar de que en estos meses me estoy alimentando bastante bien (uno se defiende lo mejor que puede entre los fogones), está clarísimo que hay días en los que la pereza, la desgana y el cansancio hacen que las cenas se conviertan en un desenfreno a base de aceitunas, pepinillos, cacahuetes, quesos varios, birra y vino. Este es mi pequeño homenaje a ese día de dejadez total y completa que todos tenemos de vez en cuando. Y que no se pierda la costumbre...

MODA ITALIANA
Como todo el mundo sabe, Italia sigue siendo, sin lugar a duda, el país que marca tendencia en lo que a moda y diseño se refiere. No descubro nada del otro mundo. Pero esto de marcar estilo, de crear modas, da lugar a propuestas que, para algunos, son totalmente revolucionarias mientras que para otros son sólo pura provocación y falta absoluta de gusto. El otro día, mi compañera Carmen (se le echa de menos), nos dejó antes de marcharse una foto de su última visita a Firenze. Resulta que como no tenemos bastante con las cositas de los grandes diseñadores, pues el mundo del diseño ha dado a luz a la tienda "MARICÓN", si si, maricón con todas las letras y acento. Vamos, como esto pegue el pelotazo, el próximo regalito que me llevo para España será el último grito en moda: ¡Una super camiseta de "maricón"! Ahí queda eso para quien quiera mejorarlo...

domingo, noviembre 05, 2006

COSAS DE LA VIDA (LABORAL)
Desde que hace unos años comenzase a trabajar, me he dado cuenta como todas las personas que durante un tiempo comparten actividad contigo pasan a ser parte (positiva o negativa) de tu vida. Lo que no acaba uno de entender y, ni mucho menos, habituarse es ver como aquellos con los que estableces unos mayores lazos de complicidad desaparecen de la escena, pasando a ocupar un espacio de privilegio en la historia colectiva del lugar de trabajo. Me sucedió en España y aquí se vuelve a repetir. Soy consciente de que nada se vendrá abajo, la oficina sobrevivirá. Es algo más allá de esto. Es el lado sentimental y, sobre todo, el profesional. No todos los días se encuentran compañeros con los que trabajar hombro con hombro sin que se te amargue la existencia. Estos meses han sido un lujo para mi. Gracias

PASEOS (XIII) BRATISLAVA Y VIENA
Como uno no se conforma con vivir en un país cargado de historia, arte y naturaleza desbordante, de vez en cuando surge la posibilidad de abrir horizontes y visitar lugares más o menos próximos que siempre he deseado conocer (gracias a las low cost, todo sea dicho) . Viena, fundamentalmente, es una ciudad con la que mantenía una deuda pendiente desde aquel "inolvidable" viaje de fin de carrera, hace ya cualquier año.
En Brastislava, por el contrario, nos hemos detenido un día para encontrarnos con Miguel I "El Peru". Parece que sus vacaciones de la semana del 1 de noviembre se están convirtiendo en fecha de reencuentro. Lo más destacable del paso por esta ciudad ha sido una divertida cena típica eslovaca, unas risas, y la belleza de las mujeres de este país, fuera de lo corriente (pero todas muy altas para mí). Tras esta noche de risas, charlas y confesiones (con una visita relámpago a la ciudad), pusimos rumbo a Viena, en un ventoso paseito en barco por el mítico Danubio, una auténtica maravilla.
En Viena nos esperaba Almudena, la compañera de beca de Turespaña de esta ciudad, que nos ha acogido a los dos sureños de forma increible, cosa que siempre agradeceré y que, lógicamente, será recompensada con un tratamiento similar cuando decida visitarnos.
La ciudad me ha causado una sensación mucho más grata de lo que esperaba, tiene mucho más capacidad de asombrar al visitante de lo que yo imaginaba. La primera noche la paseamos tranquilamente, con la belleza que conlleva el sólo intuir, reconocer a medias, ver solo aquello que la iluminación deja, entregados al recorrido que nos marcaba nuestra encantadora anfitriona. Esta es ciudad cuidada y mimada; es armónica, elegante pero sin estridencias, correcta. Quizá, una de las cosas que más impactan a un visitante español es su orden, su organización, donde todo funciona correcamente (incluido el transporte público, claro), y su limpieza. Aquí, en este país, la vida en sociedad tiene otras claves que, desde mi punto de vista, hacen la vida mucho más fácil, sobre todo a aquel no ávido de experiencias demasido exóticas y aventureras.
Esta vez los museos han copado gran parte de nuestro tiempo. Bajo la escusa de conocer la obra del tan de moda Gustav Klimt, visitamos el Leopold Museum y el Museo Belvedere, donde además del citado autor se encuentran numerosas obras de uno de sus principales discípulos, Egon Schiele, del cual, debo decir, no conocía tanto como de su maestro Klimt (curiosamente murieron los dos el mismo año), me ha dejado verdaderamente asombrado. La expresividad de sus retratos, sus formas, los colores, su visión de la naturaleza en su obra... Tengo que investigar más sobre este personaje. Aprovechando el tirón, vimos una interasante exposición de pintores impresionistas alemanes, y otra muestra de fotografia titulada "Budapest 1956", que muestra todo el proceso revolucionario vivido en los últimos meses de este año en la capital húngara. Fotos de Erich Lessing, imágenes de la historia contemporánea que jamás deberíamos olvidar (y que algunos, tal vez, deberían conocer).
Lógicamente, hemos dado cuenta de la gastronomía local, faltaría más. Esta vez, nos centramos en uno de los platos típicos de la zona, el Wiener Schnitzel, que traducido al castellano es tres filetes empanados, tamaño XXL, no aptos para personas a dieta. El "pequeño" canario, que venía con un poquito de hambre, se comió uno y casi medio; yo, un Cordon Bleu grande como pizza mediana con sus patatitas fritas y su "ensalá". La indigestión fue tal que hasta las 5 del día siguiente no tuvimos valor de volver a probar bocado. Lógicamente las salchichas no las olvidamos y doy fe que no se ha quedado ningún tipo sin probar.
Por segunda vez en mi vida he salido a celebrar Halloween, pero esta vez he de reconocer que me divertí como un enano. Los amigos de Almu resultaron ser divertidísimos y con algunas birras de la tierra la noche fue todo un continuo reir. Para colmo, uno de los tipos que allí estaba, se destapó a lo largo de la noche como un verdadero amante del flamenco. ¿Cómo se te queda el cuerpo cuando a las tres de la mañana en Viena te hablan de Camarón, Tomatito, Rafael Riqueni, Carmen Linares, Morente, Fosforito, Habichuela, Terremoto o Paco Serrano? Y la fiesta la acabamos en la cafetería del Leopold Museum (eso es sacar partido a los espacios culturales).
Otro de los sitios que no podíamos dejar de visitar es la Hunderwasser, un edificio de un arquitecto vienés en el que la naturaleza y la arquitectura se funden para crear un espacio carente de lineas rectas y estructuras convencionales, donde se da rienda suelta a la creatividad y la imaginación.
El último día lo dedicamos a un hermoso paseo en bici por el Prater vienés, todo un lujo de espacio verde en el corazón de una ciudad. Vimos el parque de atracciones que viene a ser como la calle del Infierno de la feria, con más rubios, menos vino, más frío, y menos cachondeo (a todo esto, a ver si el año que viene huelo la feria).
Y una vez dejamos Viena atrás poniendo rumbo a Milano, la nieve ocupó el vacio que dejamos...

viernes, noviembre 03, 2006

PASEOS (XII) DOLOMITAS
Tras varios meses de vida urbana intensiva, llegó el momento deseado de poner rumbo a la montaña, pero en vez de coger el camino más corto, o sea, los Alpes próximos a Milano, nos decidimos por desplazarnos un poquito en el mapa y dirigirnos así a los Dolomitas. Yo sólo conocía esta zona por referencias del Giro d'Italia, pero todo el mundo me había hablado maravillas de esta zona. Y todos se quedaron cortos...
Así, con todas las ganas del mundo, nos pusimos en marcha hacia la zona próxima a la frontera con Austria, ya que nuestro punto de llegada era Dobbiaco, Toblach en alemán, donde llegamos después de más de 6 horitas de paseo en coche por el norte de Italia. Lo de poner el nombre en alemán no es ningún farol que me quiera marcar, sino que allí todo el mundo es de lengua alemana, vamos que eso de Italia es porque lo dicen en los mapas y carnets de identidad. De hecho, esta zona es italiana desde el final de la I Guerra Mundial, y no veas si se nota, es una avanzadilla austríaca.
El apartamento era un lugar encantador a la vez que acogedor. Coqueto, discreto pero perfectamente equipado, gestionado de forma ejemplar por una pareja joven de la zona que nos ha dejado gratamente impresionados. Lo que más le gustó al canario fue lo de la calefacción bajo el suelo, todo un descubrimiento para alguien de esas latitudes.
El sitio es una auténtica delicia para los sentidos. Los paisajes otoñales de la montaña son tan sugestivos, tan intensos, tan impactantes que intentaba retener a través de la cámara fotográfica todo aquello que nos rodeaba. Lagos, pinares, montañas. Verde, mil y una tonalidades de verdes que, a pesar de mi daltonismo, creo haber podido disfrutar en todo su esplendor.
Visitamos Cortina d'Ampezzo, mítico lugar para los amantes de los deportes invernales, que a pesar de estar a poca distancia de Dobbiaco, es un sitio netamente italiano.
La gastronomía de la zona, sobresaliente. Además hemos tenido la suerte de encontrarnos con la fiestas locales, lo cual nos obligó a compartir nuestro tiempo entre birra y salchichas con los lugareños. Y pudimos escuchar el típico grito tirolés (que después de varios, es bastante pesadito, todo hay que decirlo)
El domingo, tras desayunar y ver desde la terrazita de la cafetería la procesión del Patrón (las procesiones "austriacas" son de un orden y silencio imponente), nos dirigimos a le "Tre Cime", uno de los lugares más sobresalientes por su belleza de los Dolomitas. El día acompañó y la sensación de estar en la montaña de nuevo, en la alta montaña, te hace sentir libre, fuerte y, al mismo tiempo, insignificante ante tal paisaje natural modelado con formas imposibles por el paso de los años. Fotos y más fotos, todos los rincones, todas las perspectivas, en busca del encuadre perfecto que me posibilitara rescatar esas imágenes y hacerlas mías para siempre. Pero en este caso, puedo asegurar que no hay nada capaz de transmitir esa realidad, no se puede llevar al papel o la pantalla del ordenador la fuerza de la naturaleza. Sólo se pueden captar detalles, nunca la inmensidad que allí te acoge.
Después de una caminata para probar las botas de montaña como se merecían, el canario y el cordobés degustaron los manjares locales y pusieron rumbo a Milano. Pero la siguiente semana estaría ya marcada por la carga de batería efectuada en ese rincón de este pequeño mundo llamado Italia.