PASEOS (VII) TORINO
Cualquier escusa es buena para darse el gusto de un viajecito, aunque sea un viaje relámpago, y aprovechar la oportunidad para tomar contacto por primera vez con una zona desconocida para mi hasta entonces, el Piamonte italiano. Esta vez, un jueves nublado, nada más salir de trabajar, aprovechando el horario veraniego (que como agua de mayo ha venido a nuestra oficina), pusimos rumbo a Torino varios compañeros. La escusa, concierto del Free Music Festival, con Manu Chao como cabeza de cartel. Torino, conocida por ser la capital de la Fiat, la sede de los últimos JJ.OO. de invierno, y por su defenestrada en estos días squadra di Calcio, la Vecchia Signora (hoy más vieja que nunca después de haberse dejado "toquetear" por las sucias manos de la famiglia Moggi).
Torino tiene su cara más que bien lavada. Un paseo por sus clásicos soportales, los cuales, cumpliendo su función, nos resguardaron de un fuerte aguacero veraniego (que casi da al traste con nuestro objetivo), por sus remozadas plazas, por sus calles y, como no, por el encanto del Río Po a su paso por la ciudad, hicieron de esta primera visita un momento agradable y dejaron en mí las ganas de un pronto reencuentro. Todo parece ordenado, tranquilo, reposado, máxime si se acaba de llegar de Milano.
Dato a destacar, los cafés de la ciudad. Un placer degustar un caffe Marrocchino, que yo ni mucho menos conocía, en uno de los clásicos cafés que aún conserva la ciudad y que son, sin duda, una de sus señas de identidad.
Y de aquí al parque donde se celebraba el concierto, por supuesto, como no podía ser menos, en compañía de nuestro gran amigo mosquito tigre, que también tiene una colonia por estos lares. Sólo la continua amenaza de lluvía, con sus ráfagas constantes de viento que traen olor un fuerte olor a tierra mojada, hizo que los mosquitos nos dejasen esta vez sobrevivir, aunque algún recuerdo nos dejaron.
Y el concierto de Manu Chao, tras la actuación de Caparezza y otro grupo creo que francés (de cuyo nombre no puedo acordarme), comenzó con una cantidad alucinante de fieles seguidores que, paradójicamente, como suele ser habitual por estas tierras del norte, observaban tranquilamente como el grupo buscaba toda clase de ritmos para animar al personal. ¡Hay que ver los duros que son por estos lares!. Entre el colectivo hispano nos pegamos nuestros saltos y nuestras risas y... ¡que nos quiten lo bailao!. La vuelta a Milano, una vez que la tentación de la fiesta en Torino desapareció, se presentó como una lucha continua contra el reloj. La despedida entre nosotros fue más bien un hasta luego que un buenas noches...¡Menos mal que es viernes!
1 Comments:
quizas te de gusto ver este post de mi blog... yo tambien estuve en TO!
http://bossanostra.blogspot.com/2006/07/bossanostratorino-traffic-festival.html
saludos!
9:18 p. m.
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